dijous, 29 de maig del 2014

2014: ALZIRA NO ES AMIGA DE LA INFANCIA

Hemos podido leer en la prensa comarcal que el Pleno del Ayuntamiento aprobó el pasado 30 de abril solicitar la renovación del reconocimiento de Alzira como Ciutat Amiga de la Infancia, y que los días 5 y 6 de mayo se reunieron en paralelo las dos secciones del Consejo Municipal de Niños y Niñas, los de Especial y Primaria y los de Secundaria.

Dos noticias esperadas, como se espera el paso de las estaciones o que llegue la Navidad en diciembre y las Fallas por Sant José. Como ya comenté hace unos meses, el Ayuntamiento saca cuatro veces al año el florero del Consejo de Niños y Niñas, enjuaga las flores de plástico y lo pone en la mesa del salón de plenos, para hacerle una foto con algún concejal o concejala, porque la alcaldesa ni va.

No hay que repetir que este Consejo Municipal de Niños y Niñas no tiene nada que ver con lo que se entiende como Consejo de Participación Infantil, que se define como órgano formal donde los y las menores de 18 años hacen valer su derecho de participar, de ser escuchados y poder comunicarse directamente con las autoridades municipales. Un lugar para aprender a convivir y aprender la democracia participativa, en continua relación con el conjunto de niños y niñas y adolescentes de la ciudad y de los adultos y sus gobernantes.

Y esto, desde la reflexión personal y social del “bien común”, para conseguir que niños y adolescentes, en general y en pequeño comité, tengan la posibilidad de manifestar y decidir cómo quieren que sea su ciudad, de la que son parte ahora en el presente y lo serán en el futuro. Y los adultos, especialmente los gobernantes, les reconozcan sus derechos y tengan en cuenta su opinión.

Está claro que esto no es, ni de lejos, lo que, trimestralmente, se hace cuando se sacan los floreros de los Consejo de Niños y Niñas de Alzira. Ni se les hace caso ni se les tiene en cuenta más allá de decir que pidan y vuelvan a pedir, como si fueran vasallos de unos señores y señoras que sólo les quieren para la foto. En lo que desde el Ayuntamiento siguen denominando “Observatorio Infantil” (unas fichas con sugerencias, propuestas o denuncias) se repiten como una letanía las mismas propuestas, denuncias y sugerencias, sin que haya una aplicación real a las políticas ni en los presupuestos municipales. Y no se conoce ninguna evaluación ni contraste entre las necesidades y las demandas y los resultados que pueden verse en las calles y en los programas de las concejalías.

Para aspirar una ciudad a ser reconocida como “Amiga de la Infancia” es necesario que haya un Consejo de Participación Infantil pero hacen falta mas cosas como, por ejemplo, tener un Plan Local de Infancia y Adolescencia, unos informes sobre la situación de la infancia y la adolescencia en el municipio, unos Presupuestos previstos y reales aplicados, una evaluación del impacto que están produciendo las políticas que se aplican y una coordinación interna y externa de los técnicos y políticos responsables. Pero, además y también, una difusión en el municipio de la Convención de los Derechos de la Infancia y Adolescencia a la ciudad, una sensibilización de la población en cuanto a las necesidades y derechos de niños y adolescentes y una colaboración con otras entidades locales que trabajan para el infancia a diferentes niveles.

Cuando en el Pleno de 2003 el Ayuntamiento de Alzira acordó iniciar el proceso de reconocimiento como Ciutat Amiga de la Infancia se apoyaba en unos planteamientos políticos municipales de interés en la participación, recursos presupuestarios y personales aplicados y actividades en marcha o programadas. La primera solicitud de reconocimiento fue un inicio de compromiso de que la Infancia fuera una prioridad para Alzira y, poco a poco, fueron aumentando los programas y las realidades, con la participación ciudadana, alternativas de ocio saludable, programas en la radio municipal, integración de menores extranjeros, etc.

Más de 10 años después, aquello que se explicó a UNICEF que se estaba haciendo y comenzando a hacer no ha crecido ni ha empapado la política municipal alzirenya colocando a niños y adolescentes como elementos centrales. Al contrario y peor todavía, han ido desmontando despacio aquello que se empezaba entonces a hacer, sin añadir alternativas ni plantear nuevas actividades o programas de participación, ocio, sensibilización sobre los Derechos de Niños y Niñas, medios de comunicación locales, movilidad urbana, etc. Incluso, ni se ha protegido como teóricamente haría falta a los menores porque no los afectan tanto de cerca los efectos negativos de esta crisis económica con más becas y ayudas de libros o de comedor, de actividades deportivas o extraescolares o alternativas a los comedores escolares en las vacaciones escolares, por ejemplo, que en verano las niñas y los niños también comen.


Es una lástima, pero Alzira no es una ciudad que se comporte ni esté en camino de comportarse como “Amiga de la Infancia” y por eso me da vergüenza ver como vuelven a solicitar el reconocimiento. Porque ahora no es momento de futuribles y posibilidades, sino de evaluar la realidad actual y la lamentable evolución de la política municipal en cuanto a los niños y adolescentes en los últimos años. Y no es sólo cuestión de falta de dinero y presupuestos sino de sensibilidad del gobierno municipal y de las personas que lo conforman. Y esa sensibilidad de cara a niños y adolescentes hace muchos años que ni está ni se la espera.


Eduard Hervàs
Psicólogo

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